domingo, 16 de enero de 2011
viernes, 24 de diciembre de 2010
La verdad, esperaba mucho más de esta Navidad, pero es todo lo contrario a lo que quería. Creí que no se iba a repetir lo mismo que el año pasado, pero no sólo se repitió, es peor todavía. Tengo un montón de familia y por lo menos el año pasado se quedaban Guido y Alejo, pero este año ni eso, así que no creí que mi viejo puediera ser tan forro de no dejarme disfrutar con mis amigos y mi hermana, pero me equivoqué. A veces hasta las personas más cercanas, las que crees que más conocés, te sorprenden con las cosas que hacen. Traté de entenderlo de mil maneras diferentes pero la única conclusión a la que llego es ¿Qué le cuesta? Nada, es solamente las ganas de de decirnos que no a mí y a Agus y cagarnos la noche. Esta de muchas otras más que pasé en mi casa encerrada durante el año gracias a sus restricciones pelotudas, harta estoy. A veces dudo de mi promesa de irme a vivir sola a las dieciocho porque pienso que en mi puta vida hice nada por mí misma, pero en casos como este no puedo esperar un minuto más para irme a la mierda.
La verdad estoy re caliente, lo único que puedo hacer ahora es irme a dormir, bastante deprimente, son a penas un poco más de las doce pero otra no queda. Capaz me coy un rato al quincho con Franco, 5 años tiene, pero es el único que queda.
En fin, espero que todos las pasen mejor que yo.
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